La panna cotta (en italiano literalmente ‘nata cocida’) es un postre típico de la región italiana del Piamonte (Valle d’Aosta), elaborado a partir de crema de leche, azúcar y gelatificantes, que se suele adornar con mermeladas de frutas rojas. Recuerda al flan, pero su sabor es más lácteo y tiene una textura más parecida a la de la gelatina que a la del flan.
En su preparación se utiliza leche, azúcar y crema de leche, gelatina y se le añaden fresas, moras y en ocasiones, jarabe de caramelo, vainilla, ron, etc.
Ingredientes:
. Nata para montar, 500 ml
. Leche entera, 250 ml
. Gelatina, 5 láminas
. Azúcar glas, 50 gramos
. Vainilla, una rama
Preparación:
Vamos a preparar uno de los postres más tradicionales de la cocina italiana, esta panna cotta de vainilla es una receta sencilla de preparar y con la que preparar un postre muy rico y sabroso, aunque es bastante calórico, por lo que hay que comerlo con moderación. Si nunca lo has preparado, aquí tienes la preparación detallada paso a paso. Vamos con la receta.
Empezamos poniendo las láminas de gelatina a hidratar en agua, antes de poder usarlas. En un par o tres de minutos estarán hinchadas. Mientras tanto ponemos a calentar en un cazo adecuado la nata, la leche, el azúcar glas y el contenido de la vara de vainilla. Si no sabes cómo se hace esto último, es fácil, tienes que abrir por la mitad la vara con un cuchillo fino, y después raspar con la punta del mismo el contenido de las dos mitades, y echarlo sobre el cazo.
Una vez empiece a hervir el contenido del recipiente, escurrimos bien las láminas de gelatina ya hidratadas y las echamos dentro del cazo, y removemos con unas varillas hasta que queden bien integradas con la mezcla que ya había hervido. Observarás que la mezcla se habrá espesado bastante cuando la retires del fuego tras mezclar las láminas.
Preparamos los recipientes en los que serviremos la panna cotta de vainilla, y empleando un colador para filtrar los posibles restos de gelatina, iremos rellenándolos con la panna cotta, para meterlos después en la nevera, dónde dejaremos enfriar de 7 a 8 horas por lo menos, para que acabe de cuajarse nuestro postre y enfriarse bien del todo.
A la hora de servirla, puedes o bien hacerlo directamente en el molde o desmoldarla sobre un plato, y acompañarla si quieres de algún ingrediente para darle un contraste de sabores, como puede ser un poco de mermelada, caramelo líquido, sirope… aunque tal y como está ya resulta realmente rica de comer.